2010/12/22

Meditación

Todas las enseñanzas te dicen que lo primero que debes hacer en las mañanas es una meditación, conectarte en silencio con Dios (si no trata de hacerlo en el transcurso del día), luego agradecer este nuevo día que Dios te regala, sentir gratitud por todos los dones que se te han otorgado, agradece, no te quejes si está nublado, si hace demasiado calor o frío; sigue agradeciendo y piensa que hoy es un día espectacular y grábatelo, dilo con convicción y piensa qué regalo te darías hoy; luego ve a la ducha y mientras el agua limpia tu cuerpo usa tu imaginación, que estás limpiando tu mente, que esa agua sale oscura, sacando todas las impurezas de tu pensamiento, hasta que sientas que está clara que te sientes liviano que irradias luz tal como si fueras pare del sol. Ahora sonríete y trázate lo bueno que quieras alcanzar o hacer por ti o por alguien. Y si alguien te pregunta ¿cómo estás? Contesta con audacia: espectacular o fantástico.

Aprende a comprender que es importante no guardar rencor por nada ni por nadie, a perdonar y perdonarte para que tu vida resulte más fácil, que en este camino que transitas, con los seres que te encuentres, tienes que compartir lo bueno y lo malo, porque son los maestros que nos enseñan y que de acuerdo a la calidad de la intensidad emocional que le pongas en esos instantes será como vivas a partir de ese momento.

Si te ciega el odio o el rencor eso es lo que volverá a ti, si iluminas con el amor del perdón, tú serás el iluminado, si bendices, tú serás bendecido.

Quiera Dios que la Luz del Amor siempre esté contigo.

Cap I - Cuento

Lo primero que vi fue una pequeña, vieja y solitaria plaza con bancos de cemento y algunos árboles de gruesos troncos demostrando sus años, vestidos por hojas verdes, otras doradas. El otoño reinaba, presagiando el espacio con su llovizna.

La gente que pasaba lo hacía deprisa, los pájaros se habían protegido bajo las hojas de los árboles y a sus pichones cobijaban.

En ese correr de mirada, te vi, allí estabas sentado sobre un banco, sin darte cuenta que llovía, tus brazos apoyados sobre las piernas, tus manos sostenían la cabeza, encorvado como sosteniendo todo el peso de la espalda.

Me aproximé y te pregunté:
- ¿Puedo sentarme a tu lado?
Tu respuesta fue irónica:
- La plaza no es mía!
Proseguí:
-¿Cómo te llamas?
Y levantando la cabeza no contestaste, sólo escuché casi un gruñido. A partir de aquí te llamaré amigo.
-Amigo ¿qué te ocurre?, ¿por qué estás así?
Y abriendo los brazos muy enojado:
-¿Te parece poco?, perdí mi empleo, mi hogar, no tengo nada! (Mientras sus lágrimas se entremezclaban con el agua).
Seguí preguntando:
-¿Crees en Dios o en algo superior?
Contestó como casi todo el mundo:
-A veces sí a veces no. Pero si está, a mí no me escucha.
-Me permites que tengamos una charla (la lluvia ya era intensa). Te invito a que nos sentemos allá (señalé el lugar, era el refugio de peatones, me miró asintiendo con su cabeza y nos dirigimos a ese lugar).
Ya cómodos, sentados y abrigados continué:
-¿Cómo sabes que estás vivo?
Me miró sin comprender la intención de la pregunta.
-Yo te diré. Por tus venas corre la sangre, sientes los latidos? ¿Sientes tu corazón? Corre vida y eso te indica que lo estás, Dios es vida y la vida de Dios está en ti y en una pequeña parte de tu ser está el niño interior, que con cada respiración inhalas amor, exhalas amor, que en este silencio de unión eres uno con Dios, porque estás libando el dulce néctar.

Mi amigo ya empezaba a prestarme más atención, proseguí:
-“No sigas debatiéndote en el dolor, que te lleva cual tornado en esa fuerza voraz que te eleva de un lado hacia otro, como un papel golpeándote en todas direcciones. Pon esa fuerza en reversa”.

Mira en la vida te encontrarás con varios desafíos, no importa la cantidad sino la forma en que tú los tomes, de acuerdo a la consistencia, al valor, a la fe, a enfrentarlos, esforzándote un poco cada día, entregándote por completo a aquellos ideales que uno tiene dentro, que nada ni nadie te impida cumplir tus metas. Que en cada acción pongas lo mejor, ya que tienes la suerte de estar vivo y poder hacerlo.

Debes agradecer todo lo que te tocó vivir porque te ayudó a crecer. Que tienes la oportunidad de ayudar y ser ayudado, compartir alegrías, lágrimas, de aliviar tus penas o sacar de la aflicción a otros; unirte a la magnificencia de Dios, sabiendo que eres parte de Él lograrás estar mejor.

Recuerdas? Cuando eras un bebé y estabas dando tus primeros pasos, te caías y volvías a intentarlo hasta que aprendiste a caminar. Bien, vuelve a ser ese niño, un niño amado por tu Padre, que te abraza con los rayos del amor y te dice levántate, sigue aprendiendo a caminar por la vida. No te juzgues ni juzgues. (En ese momento la lluvia estaba cesando, entre las nubes el sol y presagiando ese instante, el arco iris) aprovechando ese marco le dije: -Así como ese arco iris síguelo, llega hasta el final y encontrarás el cofre de la felicidad.

Me miró sonriendo y llevándome esa sonrisa, seguí mi camino…

AMOR DE SIEMPRE

Llegaste a mi vida, te reconocí
el hombre esperado
de todas mis vidas.

Dos almas muy viejas,
dos almas gemelas, que el amor unió.

No había papeles,
sólo el compromiso:
Formar un hogar.

Tú fuiste sincero, yo también lo fui,
pasión y ternura
colmaron mi vida.

Me apoyé en tus hombros
fuertes y seguros.

Fuimos tan felices!
Y una casa grande
se llenó de risas,
de niños pequeños,
de adolescentes.

Los años pasaron…
Copos de nieve cubren tu cabeza,
tu paso es muy lento,
te tiembla la mano
a veces rezongas
gratitud inmensa,
por estar en mi espacio

Yo te sigo amando!

CAPÍTULO I

“Ver es creer,
pero sentir
es la verdad”


Thomas Fuller M.D.

ASÍ SOY YO

Soy una flor, de corta vida, casi fugaz.
Mi aroma eterno,
Mi alma toda, mi amor es pleno,
la paz profunda.

No pido nada que sea grande,
sólo pequeño, sólo el Amor.

Éste me nutre, me da la vida,
me da alegría, me da valor.

Aunque me azote un fuerte viento,
en mis semillas
-resurgiré-